Al centro, el senador Eduardo Bhatia durante el panel “Game changers: local innovators and policymakers”. (Gerald López Cepero).
Líderes locales e internacionales coincidieron ayer en que el nuevo modelo energético de Puerto Rico tiene que maximizar las fuentes renovables, permitir la generación a nivel familiar y comunitario, y considerar los efectos del cambio climático, lo que posicionaría mejor al país frente a eventos como el huracán María.
Reunidos en el evento “Black Start: Future of Energy Summit”, organizado por el Centro para una Nueva Economía, los expertos también señalaron que, para garantizar los cambios requeridos, el rol del Negociado de Energía de Puerto Rico tiene que fortalecerse, proveyéndole más presupuesto y mejores herramientas de fiscalización y regulación, sin comprometer su independencia.
Con una comisión reguladora poderosa, añadieron, el desarrollo de microrredes, comunidades solares y cooperativas de energía, entre otros modelos, sería más rápido y efectivo.
Panel tras panel, los conferenciantes repitieron que el Proyecto del Senado 1121, que crearía la nueva política pública y marco regulatorio energéticos, atiende sus recomendaciones, por lo que instaron a la Legislatura y al Ejecutivo a aprobarlo cuanto antes. Los senadores Larry Seilhamer y Eduardo Bhatia, presentes en la actividad, previeron que la medida será finalmente avalada este lunes.
“Las reglas tienen que estar claras para atraer inversión a Puerto Rico, y esas reglas tienen que considerar el cambio climático. Se necesita transparencia y participación pública”, dijo Fred Krupp, presidente del Environmental Defense Fund, una entidad que, en alianza con otras, proveerá financiamiento para el desarrollo de microrredes en la isla.
Las microrredes figuran entre las recomendaciones que la Southern States Energy Board emitió para Puerto Rico tras el paso de María. Su secretario y director ejecutivo, Kenneth Nemeth, agregó que se necesita un “plan funcional” de manejo de emergencias para una infraestructura resiliente, y que debe considerarse la ubicación de proyectos de energía renovable –solar, por ejemplo– en vertederos cerrados.
Otra entidad que dio recomendaciones post-María fue ReImagina Puerto Rico, cuya directora ejecutiva, Malu Blázquez, resaltó que urge modernizar el sistema de transmisión y distribución, incentivar la eficiencia energética y fomentar el consumo inteligente (a tono con la demanda).
Mientras los líderes deponían en el tercer piso del Centro de Convenciones de Puerto Rico, en el primero, la comisionada residente Jenniffer González lideraba la Cumbre 2019 sobre el Gas Natural Licuado, en la que se discutió el desarrollo de infraestructura y el futuro de las importaciones de ese combustible, entre otros puntos.
Para la abogada Ruth Santiago, representante legal de organizaciones como El Puente: Enlace Latino de Acción Climática y el Comité Diálogo Ambiental de Salinas, la intención del gobierno de multiplicar la generación con gas natural “no hace sentido”.
Mencionó, incluso, que el Plan Integrado de Recursos de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), recién devuelto a la corporación pública por incumplimiento con órdenes y reglamentos del Negociado de Energía, reconoce que la energía solar es más barata, “pero no la maximiza”.
“Pero, lo que menos hace sentido de ese Plan Integrado de Recursos es la propuesta de construir tres terminales marítimos de gas, un terminal terrestre y hasta cuatro nuevas plantas de ciclo combinado”, dijo Santiago, lo que le valió aplausos de los presentes en “Black Start”.
Durante el evento, la comparación entre Puerto Rico y Hawái fue constante, tanto por su cualidad de islas como por su potencial con las fuentes renovables. Sobre esto último, Hawái se impuso como meta un 100% de generación limpia para 2045 y, en esa ruta, este año llegará al 50%.
En un aparte con la prensa, Lorraine Akiba, excomisionada de la Hawaii Public Utilities Commision y presidenta de LHA Ventures, sugirió que Puerto Rico debe considerar la conversión de basura a energía (“waste to energy”) como una fuente renovable, específicamente, biomasa. Aquí, el gobernador Ricardo Rosselló retiró su endoso a la incineradora que la compañía Energy Answers proponía para Arecibo, pero dejó abierta la puerta para otros proyectos de esta tecnología.
“En Hawái lo hacemos porque tenemos un gran problema de desperdicios sólidos y ha funcionado. Puede ser una opción para Puerto Rico, pero debe haber diálogo. Habría que hacer estudios, pero puede funcionar si se hace propiamente regulado y sin contaminación ambiental”, dijo.
Además, sugirió que se aproveche el gas metano de los vertederos para generar energía. Los vertederos de Fajardo y Toa Baja ya tienen proyectos de ese tipo.
Desde Hawái, también se presentó David Bissell, presidente de la Kauai Island Utility Cooperative, la única cooperativa energética en ese estado. Bissell defendió el modelo porque “atiende las necesidades de los clientes”, que también son socios-dueños. Dijo que han logrado acceso a fondos federales, “pese a ser una cooperativa pequeña”, y que la movilización de ayuda tras una emergencia es más rápida.